Barrio de la Alcazaba de Málaga
Parte de la historia que ha ocurrido en el interior de este monumento a lo largo de los años
El Barrio de la Alcazaba era un vecindario que se encontraba dentro de las murallas que delimitaban el Palacio-fortaleza de la Alcazaba, construido en su mayor parte en el siglo XI. Aunque existen testimonios sobre su buen estado de conservación hasta 1675, con el paso de los años, la ciudadela padeció un largo proceso de deterioro, siendo especialmente dramáticos el terremoto de 1680 y el bombardeo de la ciudad de Málaga que hicieron nueve buques franceses desde la bahía en 1693, en el transcurso de la Guerra de los Nueve Años. Durante la Guerra del Rosellón en 1794 fue presidio para 479 franceses y se erigió en el recinto, por orden del Secretario de Estado, el Duque de Alcudia, el Hospital Real de San Luis.
Perdida su importancia militar en el siglo XVIII, fue ocupada posteriormente por vecinos de condición humilde, que levantaron viviendas aprovechando los muros del viejo recinto amurallado. Conformando de esta forma el conocido como Barrio de la Alcazaba. Tras su declaración como monumento histórico en 1931, dos años después se iniciaron los trabajos de recuperación, que continuaron hasta 1947, gracias al interés y la iniciativa de un grupo de malagueños y especialistas en la arquitectura hispano-musulmana, entre los que se encontraban Juan Temboury, Ricardo de Orueta y el arquitecto Leopoldo Torres Balbás.
Restauración de la Alcazaba
En la fase de los trabajos que comenzó en 1937, siguiendo un proyecto de Fernando Guerrero-Strachan Rosado, se reconstruyó el acceso a la Alcazaba por la Plaza de la Aduana, dándole el aspecto que hoy tiene. Poco después se instaló en uno de los rincones del acceso, con fines ornamentales, un conjunto formado por una fuente y dos escudos a ambos lados de la misma, de procedencias distintas. La fuente, adosada a la pared, consta de un alto pilón trilobulado, tallado en una sola pieza de mármol blanco, y un paño frontal de remate curvo, en mármol rosa, decorado con una cruz y con un disco en su centro de donde mana el surtidor.
Al lado existe una inscripción que parece decir “D.LVIS S.TIAGO. AÑO 1727”, y que nos da pistas sobre su ubicación original. O bien estuvo instalada en la cercana Parroquia de la Iglesia de Santiago, o bien procede de la casa de algún caballero llamado don Luis Santiago, que la encargó en el siglo XVIII. En la Coracha de este desaparecido barrio de la Alcazaba vivió Salvador Rueda, ilustre poeta malagueño de la aldea de Benaque (Macharaviaya).
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