Catedral de Málaga, única en su estilo
Conocida en Málaga con el sobrenombre de "La Manquita"
La Catedral de Málaga o La Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación, su nombre completo, se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad malagueña. Su fachada principal está situada en la Plaza del Obispo, además la catedral colinda con Calle Císter, Calle Cañón, Calle Postigo de los Abades y Calle Molina Lario. Erigida sobre la base de la antigua mezquita almohade es una síntesis de los estilos ya que se empezó la obra en 1528 y “acabó” en 1782 entrecomillamos “acabó” porque realmente nunca se finalizó la obra. Quedan pendientes una de las torres, por eso el sobrenombre de “La Manquita”, algunos elementos decorativos de la fachada principal y las cubiertas del techo.
Los grandes arquitectos del Renacimiento andaluz formaron parte en mayor o menor medida en la construcción de la Catedral. Afamados arquitectos de la talla de Diego de Siloé, Enrique Egeas o Pedro López en una primera fase. Luego los reemplazaron Andrés de Vandelvira, Hernán Ruiz II y Diego de Vergara. El cuerpo central de la fachada está dividido en dos alturas y tres calles separadas por columnas monumentales. En la parte inferior hay tres medallones, la central para la Anunciación del Señor, y las laterales para los patronos de la ciudad Santa Paula y San Ciriaco. El interior cuenta con una planta rectangular, compuesta por tres naves de igual altura, siendo la nave central la mayor de ellas. Además, el coro es una de las partes más valiosas del interior, cuenta con 42 tallas y el órgano con más de 400 tubos que hoy día siguen usándose en algunos conciertos.
Como ya hemos hablado antes la Catedral de Málaga está inacabada aunque se dio por finalizada a finales del siglo XVIII. Se dice que el dinero destinado a la finalización de las obras se dedicó a apoyar en la guerra de la independencia norteamericana a los sublevados ya que un insigne malagueño como fue Bernardo de Gálvez tuvo un papel importante en la guerra. Esto no es más que una leyenda ya el verdadero motivo del uso final de ese dinero fueron otras obras públicas necesarias en la época y más tarde no se retomaron las obras de la Catedral dándole ese toque inconcluso que la hace diferente y única en su estilo.
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